En qué consiste y cómo funciona en la práctica la seguridad híbrida

Se trata de un concepto acuñado por Prosegur en su proceso de transformación tecnológica. Es la estrategia de adaptación de la compañía a un entorno cambiante. Y, la base de un modelo de seguridad avanzado que combina personas, tecnología y datos.

En palabras de Fernando Abós, director global general de Prosegur Security, “hace 20 años, la actividad empresarial de nuestra compañía consistía, en esencia, en garantizar la seguridad de personas e instalaciones”. En el contexto actual, más complejo y convulso, existe una demanda creciente de protección ampliada, que incluye, cada vez más, aspectos como la seguridad industrial, la seguridad de los datos, la seguridad reputacional, o la alimentaria.

Un amplio abanico de intereses y activos que pueden sufrir amenazas y que, en consecuencia, deben ser protegidos de la manera más eficaz posible. Abós, parafraseando a Valèry, recuerda que “el futuro ya no es lo que era: vivimos en un escenario complejo, de poderes difusos y gran desorden mundial, en el que las amenazas se multiplican y, en paralelo, las personas quieren vivir más y mejor, con menos sobresaltos”. El reto consiste, en dotarnos de nuevas herramientas que nos permitan dar seguridad en un sentido amplio, incluso anticipando riesgos y amenazas.

 

“El futuro ya no es lo que era: vivimos en un escenario complejo, de poderes difusos y gran desorden mundial, en el que las amenazas se multiplican y, en paralelo, las personas quieren vivir más y mejor, con menos sobresaltos”.

 

Los estrategas del Pentágono empezaron a hablar de amenazas híbridas en la primera década del siglo XXI. Uno de los primeros en teorizar al respecto fue Nathan Freier, que utilizó el concepto para referirse a actos hostiles no convencionales como campañas de desinformación, propaganda y acciones de descrédito y, en especial, ataques tecnológicos disruptivos.

Fernando Abós señala que este tipo de amenazas difusas se ha generalizado en los últimos años. Han proliferado en un contexto de “extrema polarización, poder fragmentado, pérdida de cohesión social, conflictos ideológicos y culturales profundos…”. En su opinión, resulta evidente que “las amenazas de hoy no pueden combatirse con los recursos del pasado”. La seguridad privada debe asumir estos cambios y replantear, en consecuencia, sus estrategias mirando al presente y al futuro y ambos son, sin duda, híbridos.   

 

Respuestas versátiles contra amenazas difusas

Para sistematizar este nuevo enfoque Prosegur ha acuñado el concepto de seguridad híbrida, que tal y como explica Abós, surge de un profundo ejercicio de análisis y reflexión basado en inteligencia contextual y análisis prospectivo, que parte de identificar “las tendencias de fondo o drivers que están guiando el mundo actual y que impactan en todos los sectores, empezando por el nuestro, y a su vez que generan cambios para los que debemos estar preparados”.

En esta misma línea, Prosegur presentó este año su observatorio, Prosegur Research, que ha publicado diversos estudios e insights sobre las tendencias globales y su impacto en la seguridad. Estos estudios apuntan a un riesgo creciente de incremento del desorden social y un cambio en la gobernanza criminal.

José María Blanco, responsable de Inteligencia y Prospectiva y de Prosegur Research, incide además en el carácter sistémico de los riesgos, que generan en cascada nuevos riesgos y amenazas, y que por tanto obligan a tener una visión sistémica y ponen sobre la mesa la importancia en las empresas de la geopolítica y la geoeconomía. Dos ejemplos prácticos serían la Covid-19 y la guerra de Ucrania. “Un conflicto dispara, como estamos viendo, el precio de los alimentos y los niveles de inflación”, explica Blanco, “produce una subida de tipos de interés, una reducción de expectativas de crecimiento económico, migraciones masivas y una potencial crisis alimentaria que podrían derivar en descontento masivo, desorden social o aumento de la gobernanza criminal en entornos frágiles”. En la era de los riesgos sistémicos, según el análisis de Blanco, se imponen las soluciones estratégicas basadas en la identificación de señales débiles, alertas tempranas, análisis de tendencias y construcción de escenarios.

¿En qué consiste el modelo de seguridad híbrida? Según Blanco es la apuesta de una organización con legado, con cultura y con propósito que entiende la seguridad en sentido amplio, que asume el carácter híbrido y sistémico de las amenazas y que da respuesta desde el mayor aprovechamiento de su expertise gracias al desarrollo tecnológico puntero. Abós lo sintetiza en una frase: “Hablamos de seguridad híbrida para describir un nuevo escenario en que profesionales expertos son empoderados mediante tecnologías inteligentes y conectadas que hacen un uso estratégico de los datos”.

 

Humanos con tecnología para una protección eficaz

El uso de la tecnología desde una visión centrada en los humanos, que aportan su experiencia y el know-how único de una empresa con más de 45 años que opera en todos los continentes es muy amplio. Desde robots autónomos a sistemas de videovigilancia inteligente pasando por aplicaciones prácticas de internet de las cosas, análisis de imagen, gemelos digitales o análisis de datos.

Se trata, según Blanco, “de un paso más en el proceso de empoderamiento de los profesionales de la seguridad con herramientas de presente y futuro”. Esa es la clave. “El modelo de seguridad híbrida, tal y como lo concibe Prosegur, no pasa por que la tecnología sustituya a los seres humanos, sino porque una y otros se complementen de manera fértil”, añade.

En situaciones complejas, la tecnología potencia la inteligencia contextual de los seres humanos permitiéndoles, en primer lugar, hacer un buen diagnóstico. También les ahorra potenciales riesgos físicos y les libera de tareas repetitivas, extenuantes o rutinarias. Insiste Abós “nuestros expertos son insustituibles, sus competencias más humanas son las que nos hacen ser una empresa líder en seguridad en el mundo, y queremos que sigan creciendo con el desarrollo tecnológico de la compañía”.

 

“El modelo de seguridad híbrida, tal y como lo concibe Prosegur, no pasa por que la tecnología sustituya a los seres humanos, sino porque una y otros se complementen de manera fértil”,

 

 

La seguridad como un traje a medida

Abós añade que el modelo consiste también en concebir la seguridad privada como una serie de servicios flexibles, adaptados a las necesidades concretas de cada cliente. Un traje a medida: “los clientes nos dicen qué quieren que protejamos y nosotros realizamos un diagnóstico lo más preciso posible de amenazas potenciales y diseñamos una estrategia de prevención y respuesta”. Un ejemplo práctico, serían las tareas de custodia inteligente de silos de soja que estamos realizando en Argentina: los protegemos contra posibles robos, pero también supervisamos activamente sus condiciones de conservación, temperatura y humedad para garantizar que conserven sus propiedades y puedan ser consumidos con totales garantías de salud alimentaria.

Este modelo de seguridad híbrida se articula en torno a tres plataformas tecnológicas desarrolladas por Prosegur. La primera, POPS, siglas en inglés de Plataforma de Seguridad Operativa de Prosegur, es una aplicación instalada en los teléfonos móviles que la empresa cede a sus vigilantes. En ella introducen las incidencias que se van produciendo con lo que se genera “una gran cantidad de información que, al ser procesada y analizada, puede convertirse en inteligencia”.

La segunda es GenzAI, “una plataforma que gestiona las cámaras de videovigilancia como dispositivos IoT (Internet de las Cosas) procesando así imágenes y datos con un algoritmo de inteligencia artificial avanzada”. Y la tercera, Connect, la interfaz que ofrece al cliente toda la información una vez ha sido ya procesada por especialistas. Gracias a Connect, “el cliente puede llegar a conclusiones sobre las amenazas potenciales a las que se enfrenta, las rutinas de funcionamiento cotidiano que debe optimizar porque suponen un riesgo y muchos otros aspectos”.

El iSOC de Prosegur es el centro neurálgico de los servicios de seguridad. Según Abós, “es el cerebro en el cual se recibe, procesa y analiza toda la información y datos de valor para ofrecer a nuestros clientes soluciones de seguridad innovadoras y eficientes. En él combinamos tecnología punta, procesamiento inteligente de datos y excelencia profesional, y gestionamos a distancia los servicios de seguridad y los procesos empresariales de nuestros clientes. Los datos masivos son transformados en inteligencia, que permite anticipar y mitigar riesgos, además de adoptar decisiones tanto internas como de nuestros clientes que mejoren sus procesos productivos”.

 

No hay vuelta atrás

Para Abós, el salto cualitativo tecnológico que se está produciendo en el mundo de la seguridad privada va a transformar el sector de manera irreversible: “ninguna compañía va a ser competitiva si no se embarca en este proceso de transformación que implica, en gran medida, abandonar las formas de hacer tradicionales”.

Para Prosegur, resultaba fundamental crear un marco de pensamiento estratégico que diese sentido al uso de estas tecnologías, y eso es lo que nos ofrece el concepto de seguridad híbrida. Abós añade que los desarrollos más avanzados de este nuevo concepto “ya se están utilizando con grandes clientes de España o América Latina y forman parte de nuestra oferta de expansión internacional y, sobre todo, de desembarco en Estados Unidos, el mercado de seguridad privada más grande del mundo”.