Bibliobuses con dinero en efectivo para la España sin bancos

El lunes, Tarazona, Arabayona de Mógica y cuatro municipios más. El martes, entre otros, Martiago y Aldea del Obispo. El miércoles, Robliza de Cojos y Aldehuela de la Bóveda. Todas las semanas, el servicio de bibliobuses de la Diputación de Salamanca se lanza a recorrer las carreteras de la provincia con una hoja de ruta clara. El objetivo es llevar novelas, ensayos, revistas, literatura infantil y juvenil o cine en formato doméstico a cerca de 200 localidades de la provincia que no disponen de biblioteca propia o tienen una con fondo editorial muy limitado. En total, son cuatro vehículos que cubren 16 rutas distintas, visitando cada uno de los pueblos una vez cada cuatro semanas. Transportan 3.500 títulos que forman parte de un fondo total de 92.988 y se renuevan en cada viaje. Su aspecto es muy característico, son grandes autobuses decorados con divertidas ilustraciones de fondo marino para incentivar la lectura en esta Salamanca rural donde predominan las poblaciones de menos de 500 habitantes.

Pero desde ahora, dos de estos bibliobuses que recorren las comarcas salmantinas incluyen también un nuevo servicio: un cajero automático en el que se puede retirar efectivo con tarjetas de cualquier entidad bancaria. La iniciativa beneficiará a 130 localidades de la región. La novedad es fruto de un acuerdo pionero entre la Diputación y Prosegur Cash, empresa que desde hace dos años desarrolla un programa piloto en la provincia de Salamanca para combatir la desertización financiera de la España vacía. Tal y como explica uno de los responsables de la iniciativa, Benjamín Crespo-Menéndez, delegado de Cash Rural España, “gracias a nuestros cajeros, 7 localidades de la España rural tienen acceso al dinero en efectivo en zonas en que hace años no existe ninguna sucursal bancaria”. Varios de ellos forman parte de la comarca meridional de la Sierra de Francia, en el límite con Las Hurdes, provincia de Cáceres. Se trata de un área particularmente aislada y despoblada cuyo principal municipio, La Alberca, supera apenas el millar de habitantes.

Ledesma destaca también que “se trata de una sinergia que nos motiva especialmente, porque nos estamos asociando a una iniciativa cultural tan encomiable como llevar libros a los interesados en leerlos”.

 

Paliar un importante déficit en el entorno rural

Alfredo Garrido García, gerente de Soluciones de Banking y Desarrollo de Negocio de Prosegur Cash, explica que los contactos con la Diputación de Salamanca empezaron hace alrededor de dos años: “Por entonces, empezamos a trabajar en un programa piloto para llevar cajeros automáticos y dinero en efectivo a la España sin servicios bancarios que empezó en Guadalajara y muy pronto empezó a centrarse sobre todo en la provincia de Salamanca, una de las más afectadas por la desbancarización de España”.

Galinduste, Hinojosa de Duero y Topas, tres poblaciones con menos de 700 vecinos censados, además de otras como Villarino de los Aires y Aldeaseca de la Armuña (próximamente se sumará San Esteban de la Sierra), fueron las primeras en acogerse al programa asumiendo un coste de servicio y mantenimiento a cargo de los presupuestos municipales..  “La Diputación nos planteó que instalar cajeros en todos los municipios que hoy carecen de oficinas bancarias no les parecía viable a corto plazo, pero nos propuso como alternativa subirlos a bordo de dos de los vehículos de su flotilla de bibliobuses”, explica Garrido.

Para Policarpo Ledesma, director general comercial de Prosegur Cash Iberia, “se trata de una solución que puede contribuir a paliar un importante déficit, ya que para muchas de las personas que viven en esas áreas es importante disponer de efectivo para sus gastos cotidianos”. Ledesma destaca también que “se trata de una sinergia que nos motiva especialmente, porque nos estamos asociando a una iniciativa cultural tan encomiable como llevar libros a los interesados en leerlos”. Tal y como lo ve Crespo-Menéndez, “nos parece muy oportuno que los habitantes de estas áreas tan poco pobladas y tan privadas de servicios básicos puedan disfrutar a la vez de una opción financiera básica y de un programa de fomento activo de la lectura”.

Otras diputaciones han mostrado interés en este servicio, según explica Garrido: “El servicio podría llegar a otras localidades a muy corto plazo. Son zonas que tradicionalmente estaban atendidas por las cajas de ahorro locales, pero estas entidades hace mucho tiempo que empezaron a cerrar un alto porcentaje de sus oficinas porque no les resultaban rentables”. Sin embargo, tal y como señala Crespo-Menéndez, la España sin bancos no está solo en lugares particularmente desertizados o limítrofes, sino un poco en todas partes: “Incluso en las comarcas del norte de la provincia de Barcelona o en áreas de las dos Castillas cercanas al área metropolitano de Madrid son frecuentes las poblaciones que se han quedado sin servicios financieros y cuyos habitantes tienen que desplazarse para conseguir efectivo”.