Arranca la batalla por la privacidad de nuestros datos

Facebook y Apple se enzarzan en una disputa por la información personal de los clientes que utilizan los dispositivos iPhone y iPad. La guerra por las cookies ha empezado, y en el futuro parece que el usuario podrá salir beneficiado.

 

Una nueva versión

 

Usuarios responsables 

Cada uno de los dispositivos iOS tiene un identificador (IDFA, como se le conoce comúnmente) que permite a los desarrolladores, redes sociales y responsables de publicidad realizar un seguimiento de los usuarios. Podría decirse que es una gran cookie que ya viene instalada en estos aparatos. Las empresas que se dedican a la venta de anuncios, como Facebook, emplean el IDFA para decidir a qué persona le pueden ofrecer algún producto o servicio. “Los anunciantes verán cambios en la configuración, la selección del público, la entrega, la medición y los informes de las herramientas empresariales y publicitarias de Facebook”, dijo la red social en un comunicado. 

A través de este identificador, los usuarios son segmentados para mostrarles anuncios relacionados con las cosas que consultan en la red. Pero Apple decidió ponerle fin. En su nueva versión del sistema operativo iOS 14.5, lanzada en abril, la empresa deja en manos del mismo cibernauta la decisión de activar o no el IDFA. Posterior a la actualización del sistema operativo, el dispositivo le enviará el siguiente mensaje por cada aplicación que tenga: “¿Permite que App [la aplicación en uso] realice un seguimiento de tu actividad en los sitios web y en las apps de otras empresas?”. Se ofrecen dos opciones: “Permitir que la App no rastree” y “Permitir”. 

Cualquier aplicación puede seguir utilizándose independientemente de la opción que se elija. La idea de Apple de darle el poder al cliente sobre el manejo de su información no es reciente. Tim Cook, el consejero delegado de Apple, ha criticado en diferentes ocasiones a las empresas que recopilan información personal, a las que ha calificado como “un complejo industrial de datos que se arma contra nosotros con eficiencia militar”. 

“Creemos que los usuarios deben poder elegir los datos que se recopilan sobre ellos y cómo se utilizan”, dijo Cook a través de Twitter a finales del año pasado. “Facebook puede seguir rastreando a los usuarios en aplicaciones y sitios web como antes, la transparencia de seguimiento de aplicaciones en iOS 14 solo requerirá que primero soliciten su permiso”, zanjó. Apple vende hardware caro y aspiracional, y sus beneficios no dependen, en modo alguno, de cuánto y cómo se entromete en la vida de sus clientes, dice Paloma Llaneza, abogada experta en tecnologías de la información y las comunicaciones tecnológicas, en su libro Datanomics (Deusto). “No es de extrañar, por tanto, que Cook cargue contra las empresas extractivas de datos”, agrega.

Apple ha abierto la puerta al empoderamiento del cliente. Google pretende seguir sus mismos pasos. La empresa, conocida por el buscador, ha anunciado este año que no solo dirá adiós a las cookies, sino que acabará con el rastreo individual durante 2023. “Estamos bajo el colonialismo de los datos”, José María Viñals, profesor del Programa especializado en Blockchain e Innovación Digital en el Instituto de Estudios Bursátiles. 

Este experto reclama formas más sencillas en los términos y condiciones que aparecen cuando descargamos una aplicación. “No somos conscientes de todo lo que compartimos cuando damos a aceptar a un contrato de condiciones de uso”, afirma. Muchas compañías han adquirido un gran poder, según Llaneza. “Les dejamos leer nuestro futuro”. Gracias a nuestros datos, siguen comportamientos y sacan conclusiones que les permiten predecir lo que va a suceder, concluye.  

Muchas empresas tecnológicas quieren saber todo sobre nosotros. No se conforman con controlar nuestros datos personales (nombre, dirección, teléfono, cumpleaños, sexo o información biométrica: huellas dactilares o iris). También quieren conocer nuestros gustos más profundos: desde el género de películas que nos apasionan hasta nuestras debilidades culinarias. Los lugares por los que nos movemos y los sitios que frecuentamos. Todo ello se realiza a través de un sistema de rastreo que varias aplicaciones y servicios en la web hacen cuando las descargamos o utilizamos. Su objetivo es crear un avatar digital para vendernos productos o servicios a la medida. El negocio es jugoso: tan solo en España, la venta de publicidad digital fue de 3.029,5 millones de euros en 2020, según IAB, la asociación mundial de comunicación, publicidad y marketing digital. 

Por ello, cuando Apple anunció que en la actualización del sistema operativo iOS para sus dispositivos iPhone y iPad daría el poder al usuario para desactivar el seguimiento, varias empresas alzaron la voz. Facebook, la red social dueña de Instagram, WhatsApp, fue una de ellas. La empresa de Mark Zuckerberg dijo que dicha medida sería un duro golpe para las cuentas de la empresa, pues un 96% de sus ingresos depende del negocio publicitario, según los últimos resultados presentados por la compañía. Pero, ¿en qué consiste la actualización de Apple? y ¿quién se beneficia de esta batalla por nuestros datos?